Claves para no tener miedo a ir al dentista

La consulta de un dentista es uno de los lugares menos querido por la mayor parte de la población. Los miedos ante una vista al dentista están presentes en la mayoría de los pacientes, aunque si bien es cierto que influye cuando eres más joven. En muchos casos, la edad no importa demasiado. Mucha gente asocia clínica dental a dolor, sufrimiento, ansiedad… Sin embargo, ese concepto no es real y por ello hoy os damos una serie de claves para no tener miedo a ir al dentista.

• En la tranquilidad está muchas veces la clave. Las personas deben entender el concepto de acudir al dentista como algo natural y que forma parte del día a día. Hay que restarle importancia y tratar el tema con total normalidad. De esa forma, los miedos y la ansiedad desaparecerán solos y acudirás al dentista como si de otro médico cualquiera se tratara.
• Reconoce tus miedos, no hay que sentir vergüenza por ello. El odontólogo sabe como tratarlos y te va a ayudar en todo momento.
• La empatía de los profesionales allana el terreno. Siempre con una sonrisa ante el paciente y un trato cordial y respetuoso. Eso libera estrés y general calma y tranquilidad.
• El paciente es el protagonista y por ello es importante que no tenga miedo a resolver cualquier duda sobre el tratamiento al que se va a someter. Contar con toda la información ayuda a afrontar el asunto, el paciente se prepara y así se evitan posibles sorpresas desagradables.
• Es importante que tus primeras visitas las hagas acompañado de un familiar o amigo que te ayude a superar la situación y te distraiga en los momentos de espera.
• Recuerda que la tecnología es también protagonista principal en las clínicas dentales y cada día hay nuevas técnicas y metodologías menos invasivas e indoloras así como aparatos silenciosos y nada molestos. Por ello, el miedo está solo en tu cabeza y no se refleja con lo que se experimenta dentro de una consulta dental.

La atención personalizada, la disponibilidad absoluta y la actitud del equipo de profesionales también va a ayudar a que los pacientes sean capaces de eliminar sus miedos desde que entran por la puerta de la clínica. Una sonrisa es clave para generar confianza y tranquilidad. De esta forma, la experiencia tanto del paciente como del odontólogo será totalmente positiva.