Morderse las uñas es algo que prácticamente el 80% de la población ha realizado en algún momento de su vida. Estrés, nervios o ansiedad pueden ser algunos de los motivos principales de adquirir este hábito, conocido científicamente como onicofagia y que puede derivar en un hábito obsesivo compulsivo. Se trata de un problema que no sólo afecta a la estructura de las uñas o dedos de forma estética, ya que puede provocar daños en otras partes del organismo como el intestino o la boca, debido a los gérmenes que se van acumulando en las uñas y que posteriormente se introducen en el cuerpo.
Además de producir alteraciones en la forma de las uñas, el hábito de morderlas provoca heridas en los dedos que pueden llegar a infectarse e incluso, en los casos más graves, hacer que se pierda la uña, aunque con el paso del tiempo vuelve a regenerarse. El tejido que la soporta se va haciendo más débil cada día y puede aparecer pus, hongos u herpes, que posteriormente pueden pasar a la boca. Otra de las consecuencias de este hábito es la pérdida dental, el desgaste de dientes, en particular de los incisivos. Éstos van perdiendo partículas de esmalte y se van recortando. Además, debido a la presión que se ejerce al moder las uñas y el constante choque de unos dientes con otros, también se puede producir apiñamiento dental o la pérdida de los empastes.
La mandíbula también se ve afectada y pueden aparecer problemas al masticar y dolor debido a la posición forzada de la misma. Al igual que las encías, dañadas por el posible contacto con trozos de uñas, lo que puede provocar inflamación y gingivitis. Sin embargo, el morderse las uñas no solo afecta a la cavidad bucal, ya que también provoca problemas en el intestino al favorecer el contagio de parásitos intestinales, sobre todo en niños. El más popular de ellos, es la lombriz. Las sustancias tóxicas que pueden encontrarse debajo de las uñas pasan al aparato digestivo y ahí se desarrollan.
Sin duda, el hábito de morderse las uñas afecta, no sólo a la estética de nuestras manos y dientes, sino que influye directamente en nuestra salud dental y en general, de nuestro organismo. Evita morderte las uñas o acude a un especialista a que te ayude a deshacerte de este perjudicial hábito de forma permanente.